jueves, diciembre 16, 2010

PEDACITO DE CIELO

Pedacito de cielo, pelo buscando nubes, manos trémulas en la soledad que aprieta, mirada surgida desde el fondo de las  épocas, milonga triste que el piano trae como malón de madrugada, carreta de sueños que quedó allí en tus metáforas de niña con falda blanca, elipsis de estos años que ahora lloras, mañana de carnaval, otoño divagando risas, invierno gimiendo rostros, cantar de un solo verso, sonrisa en trazado leve, muchacha de andar cansino, yermo trayecto de las notas que le cantan a la pena, música inasible del abrazo que no alcanza, beso en la mejilla del hijo que a veces no comprende al tiempo, versos que intentan cubrirte pero no pueden…

A mi madre, a dos años de su muerte.


© Juan José Mestre

miércoles, diciembre 15, 2010

LAS LENGUAS DEL ESPANTO


Rara textura de naranjo en ciernes, la caricia del estío se disgrega en las rugosas lenguas del espanto. Es la estación de la vida y, sin embargo, siempre se entretiene coqueteando con la muerte. Un extraño hechizo hace que el dulce melocotón se extravíe en la hiel de las ausencias. Un beso puede que dure lo que impone la tregua de estos meses yertos hasta los Idus de Marzo, para que luego sea arrastrado por la primera hojarasca enardecida de olvido. Hacedor de romanzas tempestuosas, guarda su lugar para los ocasos consabidos. Así, ligeramente, el amor se apaga como aquella efímera cerilla que estalla  en su avidez de fuego repentino.




© Juan José Mestre


martes, diciembre 14, 2010

UN POCO DE AZAHARES

 Un poco de azahares
no vendría mal para la vista.

Con tanta espina sin flor en el desierto,
con el suelo quebradizo del sendero,
con nubes de inclemencia
bordeando las lavandas,

uno corrompe los caminos del sol
y los marchita casi adrede
por seguirle la corriente a este mundo.

En su afán de glorificar lo consabido,
se olvida lo extraordinario
de la cascada precipitando por laderas y peñascos.

Lo dicho:
un poco de azahares
no vendría mal para la vista.




 © Juan José Mestre


lunes, diciembre 13, 2010

NO SE DEBE



no se puede
no se debe
no se hace
(sí se hace)
esto de cegar
vidas humanas
sin más que
la impudicia
de esconder
la cabeza


© Juan José Mestre


jueves, diciembre 09, 2010

EL TIEMPO



Le restan doce días a la primavera. Es una transición casi de compromiso: el verano está aquí y es irremediable. La brisa fresca y húmeda de alguna lluvia pasajera se cuela en las horas primerizas. Ya veremos qué pasa. Si llueve,  tal vez el día recuerde al otoño en sus comienzos. Eso es lo que por ahora se observa. Pero nada es seguro. La mañana está en su preludio.


© Juan José Mestre


miércoles, diciembre 08, 2010

LA COMUNIÓN


No sabía de que se trataba. Veía que muchos chicos –nenas y nenes- vestían de blanco. Siguió su camino  ya en su tramo final: había trabajado toda la noche como cartonera y lo único que deseaba era dormir. Mientras regresaba de su ronda hacia la casilla, oyó a las felices risas entrar a los templos. Pero eran risas de otro mundo. Ni siquiera la inmutaron. Sólo pensó que pronto estaría dormida.


© Juan José Mestre

martes, diciembre 07, 2010

DE LOS ESPEJOS


Miró hacia los cuatro costados. El horror se manifestó como una helada fetidez que recorría todo su cuerpo. El espejo devolvió su imagen tal cual era, pero él no pudo identificarla: un simple mecanismo de defensa de su mente allanaba el relativo alivio que su conciencia pedía a gritos.



© Juan José Mestre



lunes, diciembre 06, 2010

AXIOLOGÍA


Errante místico,
celda del cosmos
que involuciona:  

nada más queda
que la nada/implosión
perenne.

Desvío orbital
que    
oprime,

sirvientes del nihilismo,
los principios declaran
tu incorruptible caída

en tiempo real y acelerando.


(la vida siempre es para los otros)





©  Juan José Mestre



viernes, diciembre 03, 2010

EL DÍA QUE COMIENZA


Luces, sombras, semitonos… mélange de vida y de muerte. Pero también de resurrección. Caos y orden que se entretejen. Una brisa fresca y el sueño que despierta… En fin: el día que recién comienza…

© Juan José Mestre


jueves, diciembre 02, 2010

PARECIERA


¡Qué bella y qué triste es la nostalgia del cielo! Pareciera que su llanto se robara los azules, que su grisácea beatitud se enquistara en los rincones del ser, que los pájaros fueran unos simples gorjeos asfixiados en la languidez de las nubes fluyendo penas. Pareciera –también- una carbonilla esbozando penas, justo cuando todo está más allá de la dimensión humana.


© Juan José Mestre


martes, noviembre 30, 2010

CONTRASENTIDO


Un día se percató de lo lejano que está el cielo. Fue cuando pudo tocarlo con la punta de sus dedos.

© Juan José Mestre

lunes, noviembre 29, 2010

NO MÁS PREGUNTAS


¿Con qué sentido preguntar si no se obtienen respuestas? Para un mundo de sordos es mejor no alimentar más sorderas.  El canto de las aves más el viento son  tan sensatas que huyen del parloteo humano. No hay mejor cosa que hacer mutis ante la estupidez reinante. No hay más que callar e irse a una coplita intransigente entre las nubes.



© Juan José Mestre


viernes, noviembre 26, 2010

FORMOSA

Ha muerto un miembro de la comunidad toba. Ha muerto un ciudadano argentino bajo las balas policiales formoseñas. Me quedo sin palabras. Tomo, sí, las de Bertold Brecht:  ”…aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo".

miércoles, noviembre 24, 2010

CONTIENDA

 


Las esferas chocan
con las geométricas
figuras de la mente

Siempre habrá un fin
lícito en la contienda

depende de quién gane,
por supuesto…

lo intangible muere
en una guerra
y todo se trastoca
en un gran circo de egos
y desenfrenos.


© Juan José Mestre

martes, noviembre 23, 2010

ALABANZA NATIVA


Se corren las fronteras
se diluyen
en la postrer geopolítica
de los amos

un reinado llega a su fin

el canto de los pobres cobra fuerza
América se levanta en la flor carmesí
que le da vida



© Juan José Mestre



lunes, noviembre 22, 2010

DOS TERCIOS


Un canto gregoriano impregna con sus sórdidas alabanzas la tranquila llovizna de noviembre.  Los pájaros, acallados, se acurrucan en sus nidos esperando que acampe. No hay miras de ello todavía. Y mi alma se contenta con poco en la mañana. Mientras, el verde recobra la vital tonalidad de una primavera que ha completado sus dos tercios…


© Juan José Mestre

viernes, noviembre 19, 2010

RECUERDOS

FRASE



Una gota de agua no se parece en nada a una gota de sangre. Pero ambas tienen esa connotación innegable que denota “vida”.

© Juan José Mestre

jueves, noviembre 18, 2010

ANCLA


El tiempo se ha quebrado. Una repentina cesación de minutos y segundos ha devenido en este compartimento suspendido en medio de la nada. La creación se paraliza en los reflejos. Nadie podrá decir que no es un instante perfecto.


© Juan José Mestre


miércoles, noviembre 17, 2010

ZUMBIDOS

 


La vaguedad en los cristales, la niebla despliega su telón de lánguidos bostezos. Trillado, el silencio hace estragos en la mente. Estallan los cristales en la luz difusa que se cuela tras el verde heterogéneo de noviembre. Un pájaro se entromete, bullicioso. El silencio sigue ahí, insondable.



© Juan José Mestre


martes, noviembre 16, 2010

ACECHOS

amanecer 

cada día

esperando las horas

inciertas de la tarde,

partición

de horas irremisibles

hacia el final del día

que vuelve a cerrar

los ojos hasta

la vigilia que entona

su canción de atisbos.




© Juan José Mestre

lunes, noviembre 15, 2010

APARIENCIAS


Ante la nada y la injusticia, mis pies se detienen por cansancio e impotencia. La niebla se arrincona en los umbrales y llora su perplejidad entre los grises. De pronto, un haz dorado se cuela por una grieta; no es más que eso: una ilusión tullida en medio del camino.


© Juan José Mestre

viernes, noviembre 12, 2010

CORREDORES

 




 
El silencio audible de la brisa esparce sus aromas por la casa. En su quietud, las paredes trasuntan vida, sea ella ficticia o real. Lo de “ficticia” es un decir, una mera afectación de lo positivo, esas realidades paralelas que tanto se parecen y son diametralmente opuestas. Esas tragicómicas  escenas que se dibujan en el vacío desamparo de sus corredores.  Nada es tan parecido a un universo. Nada es tan semejante a los fantasmas.








© Juan José Mestre



jueves, noviembre 11, 2010

SI ME ESCUCHAS

 








Si me escuchas, el viento te develará mil susurros. Si me escuchas estaré en la música azul de un sol recién nacido. Si me escuchas, tendré mis labios prestos a libar el néctar de un fonema para  trocarlo en mantra de luz sobre el estanque. Si me escuchas, se acabarán las palabras y todo estará ahí, en tus oídos.





© Juan José Mestre



miércoles, noviembre 10, 2010

SIEMPRE HABRÁ UNA NOCHE

 

no importa
lo largo
que sea el día…
siempre habrá
una noche
para cobijarme.



© Juan José Mestre

martes, noviembre 09, 2010

PRESUNCIÓN


La rutinaria espera
ha comenzado
Nada presume
un cambio
(Nada dice
que el día
vaya
a terminar
de otra forma)



@ Juan José Mestre

lunes, noviembre 08, 2010

NOVIEMBRE


Noviembre gris, temprano hacedor de vientos y tormentas veraniegas, lúgubre alegría que acompasa las pachorras dolientes de un mundo que camina por sendas tenebrosas, sin rumbo aparente pero con destino cierto. Noviembre en las retinas y este vacío esencial que abarca todo el ser casi entre sombras.


© Juan José Mestre


viernes, noviembre 05, 2010

METAMORFOSIS


Una súplica
un lamento
un fresco
renacentista
que suaviza
de colores
la mañana
/el sueño impar de una noche serena
ahora es todo murmullo y trajín
vibrando en los rosales/


© Juan José Mestre


jueves, noviembre 04, 2010

EL SUDOR




El sudor,
la sangre,
la trabajosa enjundia
que ofrendamos cada día,
el construir la vida
con el esmero invariable
de la hormiga, nos humaniza.
Un canto gregoriano y la nostalgia
esperan su turno
y el rosal llora la casa ahora vacía.
Nada más obsceno
que los muros
de una casa derruida.


© Juan José Mestre

miércoles, noviembre 03, 2010

AMANECER


Esa intersección de la mañana con las últimas sombras de la noche, la intensidad del frío mixturado con el sereno, el perfume de los sueños aún frescos, el canto resignado de los pájaros adormilados, el espejismo de una rosa llorando su terciopelo blanco, las lobreguez del humus salpicada de retoños, y, por fin, el vellocino que aparece por el Este, justo desde la casa de Aries.



© Juan José Mestre


martes, noviembre 02, 2010

LA MUERTE


Alejada de todas las liturgias, entroniza cada una de las ausencias en su perverso y bien amado  reino del recuerdo. Los rostros, las miradas,  las caricias se nublan en sus dominios de pérdida sin matices. Incógnita final, se aleja con su botín de pasado y nostalgias. Nada más obsceno que ver las paredes de una casa derruida. Es algo que repugna, que estremece. Tal vez por la evidencia de tener por perdidas todas las batallas.


© Juan José Mestre


lunes, noviembre 01, 2010

MARIINO

Capricho de mar
el no traerte a mis playas    

-lento sollozo sin aliento-
preñez en gris  y simulacro
de ensueño entre dos cielos

Si tan sólo mis lágrimas
llegaran al refugio de tu ausencia
el plenilunio quedaría completo 
y (tal vez) el final de estos versos


© Juan José Mestre

viernes, octubre 29, 2010

EL ADIÓS

CERRAR LOS OJOS

Cerrar los ojos para verte, luminosa, virginal, sagrada mujer de simples violetas. Escuchar los silencios de tu voz cuando me miras sin mirarme. Tomar tu mano suave y llevarla a mis sienes que duelen de agobio, marchitas por la niebla rigurosa de los años últimos.

Tibieza del vientre cobijando inviernos, dulce sabor a almizcle que penetra los poros afanosos de los muslos enlazados. Rosa negra de la noche roja para engendrar estrellas, plateado yelmo, efigie de luna, velas desmayadas en exiguos fuegos, poemario de suspiros cuando todos los versos han callado, sahumerio de sangre, oración de la carne, plegaria de amor, rezo del alba por pedir descanso.

Y un organillo le canta al trémulo paisaje de tus senos…




© Juan José Mestre


miércoles, octubre 27, 2010

OCTUBRE EN PRIMAVERA

Esa dualidad de octubre en primavera. El viento fresco, el sol que calienta la tarde, el verde tierno soñando en los retoños, una tormenta repentina, el trinar de un pájaro que eriza su plumaje en la mañana, una nube que deviene en otoño al paisaje, un verano incipiente que no alcanza su cénit, la luz que todo lo descubre el amor que se brinda en retazos de colores.


© Juan José Mestre


martes, octubre 26, 2010

EL DÍA


Los ojos secos. El sueño inconcluso. Un leve temblor de las manos. Los pájaros silenciosos. Ese mismo silencio que acalla aún más lo sigiloso. El sol iniciando su eterno recorrido sin atajos. Si alguna vez se supo algo de antemano, hoy es el día. El día en el que todo se hace lógico en cada minuto siguiente al último minuto.



© Juan José Mestre


lunes, octubre 25, 2010

EL SACRAMENTO

A Joaquín Galván

Un canto,
el arrullo del ángel
sobre el regazo
de su madre,
la paz que da el tener
unos cuantos meses
en este plano,
el agua,
el aceite,
la cristiandad inaugurada
en la inocente mirada del domingo,
el aire que llega fresco a las naves
del templo
y la voz del cielo
que se escapa
entre los corderos devenidos
en nubes:
“Yo te bautizo Joaquín,
Yo te bautizo.”

© Juan José Mestre

sábado, octubre 23, 2010

PROSA MUERTA

En el rescoldo helado del horizonte muero la peor de las muertes. Un cirio desganado llora sus lágrimas de espanto junto al lecho. Todos  los espectros salen de su escondrijo. Ronda el aire un hedor axiomático, elemental, irrefutable. No hay retorno; mañana, el día comenzará como hoy: exacto, preciso, límpido en su devenir de olvido.    





© Juan José Mestre

viernes, octubre 22, 2010

LA TERTULIA




El Tiempo. La pasión. Esa nimiedad del cielo yendo hacia el ocaso. Personas que le cantan al amor y a la desdicha, pero sin dejar de ser dichosas por el canto. El tiempo y la poesía. El tiempo en la poesía. Como construcción de la palabra. Como excusa. Como nuestra sangre en cinco líneas. Al entrar, todo se paraliza. Un instante que enmaraña los saludos y los nombres apenas esbozados. Después, empiezan a crearse los puentes, los ríos a fluir en la palabra, en las manos nerviosas y pacíficas del verbo y todo es un universo jamás imaginado. Los corazones se exaltan, se enciende el fuego sagrado de la palabra. Por un momento somos ángeles. Al minuto, el mármol de las nubes se confunde con las vetas quejumbrosas de algún verso. Pasa el tiempo y no pasa. El microcosmos se expande hacia lo etéreo. De pronto, todo ha terminado. Los miembros del taller de escritura del Área Cultural "Macedonio Fernández" de la Colonia Psiquiátrica de Oliveros deben emprender el retorno. Poco a poco, vuelve la realidad inmediata y cotidiana. Atrás queda otra, subyacente: la de la magia.

© Juan José Mestre

jueves, octubre 21, 2010

ESTRÉPITOS

Repetidos los ecos del mutismo 
en el viento del arcano enfurecido
(huyen los pájaros al no oír sus trinos),

mendigo de amor y sediento,
hurgo en la quebradiza estructura de la mente
toda la sangre que llegó al río

más los tormentos,  la indolencia del ser
sucumbiendo bajo la guillotina impar
que no excusa ni el seco golpe del perdón.



© Juan José Mestre

miércoles, octubre 20, 2010

ES MUY FÁCIL




Es muy fácil enamorarse de estos días en los que todo está en ciernes. La vida rompe su caparazón de invierno y se regala en mil colores. Las hojas tiernas se transparentan desde la virginidad de un verde casi incorpóreo. Algunos pájaros cantan sus alabanzas de albores con esa convicción de cielo que apenas se vislumbra. Es un coro primigenio, pero de alabanzas milenarias.  Todo es principio, chispazo, umbral. Ya llegará el tiempo de los frutos. Ahora, basta con respirar azahares. Ahora hay que aguardar a la vida que estalla a cada instante.


© Juan José Mestre

martes, octubre 19, 2010

GLICINAS CAEN DEL CIELO

Glicinas caen del cielo:
la brisa despoja sus pétalos
en la tremenda orfandad de la tierra.

Nadie se percata del impúdico mediodía
que con la solana mata al colibrí ávido de azul

mientras Jano retoza con una cuerda de trece colores…


© Juan José Mestre





lunes, octubre 18, 2010

TIERRA SECA

Cuando lo inusual se transforma en rutinario, hasta las grietas de la tierra se incorporan a esa masa amorfa que es el inconsciente colectivo. Animales muertos, sembradíos exhalando el pardusco olor de lo fenecido, el  sol a plomo que hiende los rastrojos sedientos del cénit impiadoso, una iguana que repta solitaria por la nada, un desolado árbol que pide protección a su escasa sombra, la angustia del hombre inerme y sin rumbo que otea un horizonte de fuego, refractado por sus propias llamas…  
Cuando lo inusual se transforma en rutinario, el deseo absurdo y engañoso del mañana vuelve pueril incluso el salado llanto de los pájaros yermos, atontados por la saña del fatal determinismo.



© Juan José Mestre


viernes, octubre 15, 2010

PAISAJE CON ELEMENTOS INCIERTOS

Las horas insólitas de cualquier mediodía,

algo inusual en el viento frío de enero,
y lo curioso de contemplar lo anodino.



© Juan José Mestre

miércoles, octubre 13, 2010

LUNA NUEVA



Era una nueva lunación que se avecinaba a ese cielo grisáceo de un día cualquiera. El canto de los mirlos imitaba un rumor sordo, pleno de ausencias.  Las sombras caían de a poco, como si no tuvieran prisa alguna. El viento del este impregnaba de humedad el aire adormecido de la tarde. Nada había de presagio en todo ello: un conocido rito se adueñaba del paisaje y nada que se opusiera a él era predecible. Más bien, la rutina se convertía en algo anodino y repetido que apagaba todos los destellos…


© Juan José Mestre



viernes, octubre 08, 2010

BARUJ Y YO

Descuajado de la vida y de la muerte
voy, como Baruj,
hacia el olvido.

Herético él como ninguno,
me acompaña con su expiación
del día a día.

El peor de los yerros fue perpetrado:
ser fieles a lo que los demás no aceptan.

Es por los demás
-precisamente-
que vamos hacia el estertor postrero,
en calma y sin batallas.

Que hagan cuantas tumbas quieran;
¡no nos pertenecen, no son nuestras!
tal como les toca a los descastados.


© Juan José Mestre.


jueves, octubre 07, 2010

LIENZO EN NOCTURNO

 
Pasos dolientes. Un ¿por qué? sin respuesta. La luna cubre a las almas con su manto de mujer clara. En la senectud de los tiempos todo se asemeja a la muerte. Fugaz, repentina, una libélula le da un soplo de alivio al ahogo. La ceguera hace estragos en los ojos hueros. En la bruma que eleva el rocío se intuye los rostros en su andar macilento. La tisis angustiosa de los andantes se asocia inconciente a un cuadro de Velásquez. Tal vez no sea más que eso, pero algo recalca la realidad del lienzo: no se sabe a ciencia cierta el motivo de la falta de símbolos en la oquedad de la noche.


© Juan José Mestre



miércoles, octubre 06, 2010

CENICIENTO

El gris es parte del paisaje,
un consabido herrumbre
en los vericuetos del alma

se huele en cada despedida
y la vejez se hace moho
con cada susurro desteñido…



© Juan José Mestre


martes, octubre 05, 2010

Uno se acostumbra

Uno se acostumbra
a las partidas.





Rutinarias,


se pierden en esa
incógnita


que es la savia
del árbol caduco de follaje.





Repentinas,


se esconden en
las horas para trocarse


en días, siglos, medioevos
prestos


a morir bajo el
fuego de las catapultas.





Porfiadas,


jamás nos darán
la ocasión del regreso.


¡Cuántas miradas
hemos perdido buscando


unos ojos grises bañados
en la pena de la despedida!








Displicentes,


se ahogan en el
blanco de las azucenas


y corean la
sangre de la rosa hasta hacerla


coágulo en el
alma regocijada en lutos.





Cántico de proscriptos
pardales, nos socavan el rostro,


nos hacen invisibles
larvas de légamo,


hasta que el último
de los soles caiga anónimo,


recóndito en sus
rayos de tedio.  








Y uno se
acostumbra.














© Juan José
Mestre









lunes, octubre 04, 2010

PROSA SIN NADA

Un archivo que no  abre, el verso que no llega, aquella mudez del árbol clamado por su fronda y la poesía que ha ido para otros sitios.    Tampoco se puede culpar a las musas: ya se sabe de su temperamento huidizo. Es ese ceniciento cielo, tan propiciatorio del nihilismo en los labios, en la mente, en la memoria inapelable del viento y del sigilo encaprichado y doliente…
 
( el archivo sigue
su porfía)
…armador de los
silencios.
© Juan José Mestre

sábado, octubre 02, 2010

NATURALEZA MUERTA

 

Sólo el piano quiebra el silencio. No se percibe desde dónde llegan sus notas. Algunas claras, otras diluidas por el viento solitario y pueril del asombro retraído. Las ramas, desnudas, casi muertas, semejan cruces convulsas en el contraluz de sus siluetas. Todo es dorado, pero nada es más que oropel de mediodía. Un verde impertinente hiere el sepia de la luz que se entiende con el paisaje vislumbrado tras el ventanal. La perfección de un bucólico y atroz momento que se prolonga en un arpegio de fantasmales interiores. Nada, absolutamente nada puede quebrar la secuencia de estas luces que huyen para prolongar la agonía del próximo minuto. Paradojal destino de la naturaleza esta pericia de conjugar paz con espanto, de igualar la belleza de lo externo con la ferocidad del morir atónito por la paz y la desesperanza.

© Juan José Mestre

viernes, octubre 01, 2010

INVENTARIO DE OCASO

Un verso,
azucenas que repican su blancura
en las campanas de un templo abandonado,
el horizonte extraviando límites en esencias,

unos ojos húmedos
viendo el callado sermón en la brillantez del ocaso,
la pasión de la ausencia distorsionando élitros,  
el suave hechizo de la luna aprisionada por las gotas de rocío,

y el viento entremezclado en un salmo que se oye muy lejano.



© Juan José Mestre


jueves, septiembre 30, 2010

EL CÍRCULO


Casi siempre nos gana la desgana, esa inercia que desafía al movimiento y paraliza. Las desnudas ramas de un árbol no son tan indiferentes a la brisa como nuestro herido corazón frente a la ventisca. El vuelo de los buitres nos acecha, hasta que el círculo se cierre hacia lo inevitable.











© Juan José Mestre   

miércoles, septiembre 29, 2010

ME PREGUNTO...

Me pregunto si es necesario el sufrimiento
para amarte tanto,
al punto de sentir que que me estoy rompiendo como
un cristal que estalla
por la presión del frío insoportable...
Me pregunto si vale la pena llorar de amor
y soñar con algún reencuentro
para luego volver al eterno letargo de no estar juntos...
Me pregunto hasta cuándo lograré vivir
con el tormento dulce de amarte con locura...
Y las respuestas no llegan,
pero poco importa...
porque si me asaltan
estas dudas,
tengo la certeza esencial
de que
-mientras viva-
no lograré arrancarme
este amor
de mis venas y mi carne...


(c) Juan José Mestre.

martes, septiembre 28, 2010

EL ENCANTO

El encanto de una
imagen


apenas intuida,


la bucólica
sensación


de ser el árbol deshojado


tras la ventana,





un rostro


que deviene en
mudanza de acertijos,


ese extraño
efecto del cristal


resbalando
titubeos del olvido…











© Juan José
Mestre

lunes, septiembre 27, 2010

LA PAUSA

se despierta el albatros en blancos aleteos
la espuma suave lame sus zancos junto al capullo
huye la mar en busca de tu piel

la desnudez de los cuerpos conjura estrellas despintadas

al alba se le antoja que algo está de más en el paisaje
se retira para que la noche continúe en dermis erizadas
...mientras pueda...

© Juan José Mestre

viernes, septiembre 24, 2010

Desidia del rosal

Desidia del rosal en primavera, carcome las horas pesarosas esa vieja costumbre de añorarte. Así,
raído como los harapos de las horas detenidas en la esfera ficticia del
silencio, muero en minutos de sal que me laceran. Sentado en la raíz del ocaso
decadente, espero que el oscuro horizonte de la noche, me devuelva aquel
ramillete de imposibles. Inútil, viejo farol sin lumbre del andén abandonado,
proyecto aquello que me pertenece y que los otros llaman nada. Despojo
imbricado entre dos sueños, duermo el espejismo anhelado de tenerte. Mañana, el
rosal seguirá con su obstinado derroche de sangre en sus flores, cuando en mis
venas sólo haya un recuerdo trunco con pretensión de cielo.





© Juan José Mestre





 




jueves, septiembre 23, 2010

SILENTE

Silente, la tarde bordea esa pacífica beatitud de tus senos jugueteando con la hierba ligeramente inquieta. Cincel de oro, tornea el sol la triunfal cimbra de tus muslos. Czarina en el limen del éxtasis, sabes de tu pronta muerte y te entregas, magnífica y ubérrima, a la celeste voluntad del éter. Brindas tu pubis generoso y fértil a cualquier estrella fugaz que lo penetre.  En un instante, la leche de la noche cubre tus recatos, Popea encinta y bella. En calma, punteas de acechos la alborada. Sabes que la divinidad te espera…

© Juan José Mestre

miércoles, septiembre 22, 2010

Las venas de lo humano


Todo está como la víspera. Es casi una bendición este
amasijo eléctrico que se repite una y otra vez. Un falso llanto pretende
suplantar a la mano tendida que en verdad se necesita. En verdad, también, se
busca el facilismo de la conmiseración que reemplace al gesto fraterno de asumir
las culpas y pedir perdón. El cuervo siempre se alimenta de carroña siendo él
mismo no más que eso.



Otro espasmo: catarsis del espíritu que quiere huir por
estos dedos que apenas escriben; más bien exhalan pústulas que se incrustan en
los intersticios del teclado y convierten a mis manos en apéndices dolorosos de
un fantasma colosal, único, depravado en su esencia, loco encantador de
serpientes, virulento en su magnífica presencia de papel maché.



Sueño pesado. No puedo más. El abismo se cierra de a
poco. La anaconda está presta. Todo
espera el interludio del sosiego para prolongar el silencio procaz de cada
día.









© Juan José Mestre





martes, septiembre 21, 2010

PRIMAV ERA

Puntual, llega otra primavera. La luz hoy exhibe el plúmbeo matiz de una tormenta cercana. No nos queda más que buscar, por hoy, los colores de una flor en su porfía de estallidos. No nos queda más que soñar en los próximos días de verdes y de azahares.

© Juan José Mestre





lunes, septiembre 20, 2010

TRANSICIONES

La transición está en su cénit. Lo gris se diluye en tonos suaves, casi indefinidos, con esa premura que alcanzan los azules en su ilusión de cielo. No es primavera, pero tampoco invierno. Esa incertidumbre a plazo fijo que rebota en las nubes nos dice que sólo una pasada de gallo nos separa del equinoccio. Es así. Mañana tal vez no sea notorio, pero otra fracción de tiempo habrá comenzado.





© Juan José Mestre

sábado, septiembre 18, 2010

EL CIRCO

El circo había llegado sin más ni más, de un día para el otro. Se instaló en el lugar de costumbre, un campito que el municipio había destinado para esos fines. En apariencia, era como todos los que verano tras verano se sucedían en el viaje atávico de la tristeza. Todos los circos son tristes, pero este lo era más aún. No se podía precisar el motivo de tanto gris pintado con colores chillones, mas todo el ámbito rezumaba ese dejo de vejez doliente que atravesaba los sentidos. Decidí ir a ver la función de esa noche para ver que pasaba. Apenas me ubiqué en la platea, comencé a observar a los ocasionales espectadores: todos estaban con esa alegría prefabricada, casi obligatoria, que el lugar imponía. Al término del espectáculo se intuyó un regusto de alivio, poco más o menos que paralelo a la indolencia de los pies, mezclados con la pesadumbre del aserrín y la tierra en la premura por salir y liberarse de la angustia contenida. El circo comenzaba ahora a dormitar su bagaje de tramoyas sin esperanza, sabedor de su destino inventor de naderías.


















© Juan José Mestre

viernes, septiembre 17, 2010

LA ESPERA

Una sonata, una cualquiera, trae a mí ese dejo de caricias olvidadas por la casi eternidad del día. Es como el agua fresca acopiada en los cántaros de arcilla primigenia o la yerbabuena cuando baña el aire con fragancias taciturnas, por poco al borde del ensueño. Es el trigo de tu piel dorando los sembrados; es la fresa roja de tu vientre que difiere las aguas llenas así la espuma no abandona la costa apasionada de sereno. Es el sojuzgarse a las horas para que propicien el rencuentro, el amor revoloteando en círculos, el nido prestado de los pájaros, ese arrullo de la luna en mediodía, el agudo canto de un niño -ángel del bosque- lleva una octava de cielo para preñar de música la noche. Mientras, las sombras caen con la desgana que da lo que es innegable. Luego, la furtiva noche será ninfa, doncella escatológica en la tibieza de tus muslos.


© Juan José Mestre

miércoles, septiembre 15, 2010

INVOCACIÓN DE ENERO Y LLUVIA

Lluvia, noviazgo del gris



con el patio entregado a los celajes,



sueño en seda, malla octogonal de lo trivial



que llega y se pierde en los efluvios del viento,



encanto del camino solitario entre glicinas,



lluvia, déjame andar a tu lado, escribiendo huellas,



admite que puedo encapsular colores, hacer crisálidas



con los fragmentos del alma quejumbrosa y hundirme junto a ti,



pleno de feliz nostalgia…



















© Juan José Mestre

martes, septiembre 14, 2010

LUNAR

El cuenco del espejo se reduce:



un punto,



allí en la nada,



refleja la obscenidad de lo denso.







El último de los símbolos



pasa fugaz



hacia la irreverencia.







La mudez, en su señorío,



grita su soledad



a ultranza.






© Juan José Mestre

lunes, septiembre 13, 2010

Nimia pequeñez

Eres pequeña, dulce fragilidad en tus orillas. Desnuda como la mañana que nunca cubre sus pudores. Desnudo tornasol del arrecife, único matiz de trigo que bordea el vientre de tu vientre. Brisa dorada, fuego excomulgado en la ternura de tus manos, hilo de plata que unifica la dualidad del cielo, arcilla dócil moldeando el manso vello fragante de rocío. Eres pequeña, pequeña y frágil aventura entre dos mares, niña indómita, apacible redondez de tu cintura, mínimo roce que difumina al mundo.




© Juan José Mestre

sábado, septiembre 11, 2010

EL HUMO

El humo. Te fuiste con el humo. Simple voluta que el Tiempo destruye en la infinitud. Única palabra que se llama a silencio de tumba olvidada como todas las tumbas. Era justo la estación de las vides, justo cuando el mosto iba a darnos su dulzor de vino. Era justo el momento de amasar el pan con el amor de lo sagrado. Era justo el instante de encontrar el Santo Grial en nuestros cuerpos para beber en piel todos los misterios. Era justo la nota más alta de la melodía cuando tus huestes tocaron retirada. Justo cuando el amor florece en calandrias su fulgor de cantos. Como el humo. Te fuiste como el humo, hálito de mar y costas, viento furtivo que hincha el velamen y zarpa, libre albedrío que me deja sin alas. Redención de todo y de nada que oye el llamado del sol y desvaría en el aire vacuo del aturdimiento. Mansa ausencia salobre en lágrimas. Alma de incienso, cuerpo de mirra. El oro memorioso se hizo verdín de hastío.










© Juan José Mestre

jueves, septiembre 09, 2010

EL AMOR EN SILENCIO

¿En qué punto cometimos el error, querida mía?

¿Qué fue lo que hizo que nos calláramos aquello

que debiéramos haber dicho en mil gritos,

en millones de susurros?

¿Por qué nunca nos dijimos esto que sentimos

desde siempre, en cada mirada,

en cada roce casual que se produce

en cualquier ocasión?

¿En qué momento decidimos someternos

al castigo feroz de amarnos en silencio?

Quizás fuera lo más conveniente para ambos,

¡pero el precio es muy alto!

¡Tan alto que no sé si podremos pagarlo

con mil vidas y mil muertes!

Tan alto como mirar tus ojos y ver

mi amor en tu tristeza, tus sueños en mi desdicha

y tener esa tremenda sensación

de querer abrazarte para siempre...

y no poder hacerlo aunque tú también lo quieras...!



(c) Juan José Mestre.

miércoles, septiembre 08, 2010

ME PREGUNTO

Me pregunto si es necesario el sufrimiento

para amarte tanto,

al punto de sentir que que me estoy rompiendo como

un cristal que estalla

por la presión del frío insoportable...

Me pregunto si vale la pena llorar de amor

y soñar con algún reencuentro

para luego volver al eterno letargo de no estar juntos...

Me pregunto hasta cuándo lograré vivir

con el tormento dulce de amarte con locura...

Y las respuestas no llegan,

pero poco importa...

porque si me asaltan

estas dudas,

tengo la certeza esencial

de que

-mientras viva-

no lograré arrancarme

este amor

de mis venas y mi carne...






(c) Juan José Mestre.

martes, septiembre 07, 2010

LA EXISTENCIA

Es esa inquietud que se esconde en los rincones,



aquella conmoción fatigosa de estar vivos en el embrollo



que hierve el agua de un pegote aguado y maloliente,



mentira cotidiana y machacona en las sienes



desprovistas del yelmo protector de la inconciencia.







Es esa mancha negra y depravada



que corrompe las paredes y los huesos



el último adalid de la injusticia,



el último adalid, mas el triunfante.















© Juan José Mestre

lunes, septiembre 06, 2010

NACIMOS

Nacimos.







¿cuándo?... cuando nuestras almas



encontraron el camino de la Tierra



y la carne se hizo amor en nuestros padres



y el amor se hizo portal de vida en nuestros cuerpos;







y nuestras almas comenzaron a buscar las cosas de esta vida.



Y hallaron el Sol. Y hallaron un bosque. Y un hombre a quien



le preguntaron si era profeta, pero no esperaron su respuesta.



Y también nuestras almas hallaron el mar y en la arena



un libro de una sola página.







Y buscaron. Y encontraron ríos, valles, lunas, desiertos, montañas,



gentes. Y buscaron. Pero no hicieron nada por VER. Entonces no



vieron el brillo del Sol, ni contemplaron los colores del bosque,



ni leyeron la única página del libro...



Porque tenían prisa por conocer.







Y nuestas almas buscaron



más ríos, más valles, más lunas, más desiertos, más montañas, más gentes.



¿Para qué?, se preguntaron. para descubrir el secreto de la vida,



se respondieron.



Y entonces escucharon, traída por el viento, la voz



del profeta, que les dijo: ¨Buscad, sí, mas tratad de no conocerlo todo,

pues si lo conseguís, no tendréis la eterna primicia de lo inesperado.



Buscad, sí, pero sin prisa, porque esa es la manera de conocer verdaderamente¨.







Y nuestras almas supieron que habían errado el camino,



y entonces volvieron sobre sus pasos,



y vieron el brillo del Sol,



y contemplaron los colores del bosque.







Y también nuestras almas recorrieron, ya sin prisa,



ríos, valles, lunas, desiertos, montañas, gentes...



Y llegaron juntas a la playa del libro de la única página



que no leyeron.







Juan José Mestre ¿1978?

sábado, septiembre 04, 2010

SOLEDAD

El pecho que duele por los silencios ateridos de zozobras, las manos que se crispan y abrazan, la espalda encorvada, la cabeza que mira al suelo acurrucada en la mitad impertérrita de la nada, los ojos que se nublan. Y la primavera cada día más cercana y más lejana…

La vejez es lo único presente en medio de cada ausencia.





© Juan José Mestre

viernes, septiembre 03, 2010

Voz en elipsis

Voz en elipsis








Palabra a palabra



hebra muda



en la incomprensión



del hombre



se muere el amor



se muere el odio



se muere el mundo



a cada instante



















© Juan José Mestre

jueves, septiembre 02, 2010

TORMENTA

Estás tú, tormenta de mi alma,

en la majestad

de las olas tempestuosas,

en el recuerdo torturante

de mi amor que nunca fue tuyo,

por la desidia que me impulsó

al inmovilismo,

sin pensar que la calma no es buena,

que al final conduce a ninguna parte,

que es preferible la tormenta

que te lleve a un destino incierto

a la bonanza dulce del ensueño definido...



Y estás tú,

vida tormentosa de mi pobre alma,

moviendo el oleaje de mi

estanque

con pasiones que nunca me hubiera

atrevido a buscar,

con islas tropicales

que son oasis y huracanes,

luchando por un despertar que

haga imposible la paz

que cada vez ansío menos,

para explorar tus peligrosas aguas

que proponen sufrimientos

y luchas con dioses implacables que me llevarán

a un mar bravío que temo,

pero que definitivamente es tu morada...



Morada de tormentas y dulzuras

que mi cobardía

deberá afrontar para no quedarse

en la quietud

de la soledad e internarse como un

loco en las inmensidades de tu corazón

de tempestades...!



(c) Juan José Mestre.

miércoles, septiembre 01, 2010

DESIDIA

Soledades que aparecen

cuando menos lo esperas,

amores fugitivos

por tanta desidia,

llantos incontrolables

por ser un errante sin

caminos.



Soles negros, penumbras que hieren

los ojos de tanta ceguera,

músicas sin acordes, que recuerdan

al hombre del génesis,

primitivas melodías que trasmiten llamados

que no serán oídos,

porque tampoco pueden oír

los torturados.



Noches claras como el día de Marte,

mares de barro que fagositan

a quien ose sumergirse en ellos...



Angustias que se entierran como puñales

en mi pecho

sangrante de tanta nostalgia...



Vida que no es posible vivirla

sin tu mirada,

con tu amor ausente,

con tu ternura enajenada,

con la tristeza de andar

por el mundo

mientras otro te hizo sentir

lo que yo no pude.








Juan José Mestre

martes, agosto 31, 2010

LOCURA

Le temo a la cordura...


No podría amarte desde la razón

implacable que todo lo analiza.

No podría sentir este amor loco

que me transforma en

una sinrazón de acordes inarmónincos...

No podría ver tu rostro con pensamientos

lineales, simétricos, armoniosos,

cuando todo nuestro amor es una

eterna discordancia de sentimientos oscuros,

de pinturas aberrantes,

de colores que no existen en ningún espectro,

de melodías nunca oídas por los demás...

Necesito esta locura para amarte,

para que me lleve a tus cielos imposibles,

para que tu alma acepte este amor loco

de inauditas consecuencias...

Le temo a la cordura,

por tu amor o por su pérdida.

Sólo estando loco podré soportar

el uno o la otra.





Juan José Mestre

lunes, agosto 30, 2010

EL MURO

Es tirano, impiadoso,


guerrero, totalitario,

torturante,

me desangra,

no tiene estrellas,

sólo un cielo negro lo define,

un sol sin luz y opaco es su guía,

se alimenta de aguas malignas

y de clavos como los de una cruz,

cierra mis ojos y no me deja ver

más allá de él, coarta mi libertad

y mis recuerdos,

se mueve con aires marciales,

preparado para dar el

traicionero golpe,

se oye como una melodía sincopada

que desgarra mi alma,

y se contenta con mi esclavitud...

Pero es tu amor -el únco que quiero

y me enloquece- y lo acepto

sin más ni más,

aunque no me dé esperanzas,

anque esté ciego por tí y me dé cuenta,

aunque sepa que el muro que has erigido

es muy alto para escapar

y que los clavos de la cruz

me atrapen dolorosos...

Sí, es tu amor el único que acepto

y me enloquece...

Y en esa locura , tu amor se justifica

y se vuelve hasta piadoso...

sábado, agosto 28, 2010

NEGRO Y PLATA

Un relámpago
y el negro de la noche

trasmuta el orgasmo oscuro

de tu cuerpo en luz de amor,

en plata de aura placentera,

de mil noches robadas a la luna

hoy ausente,

y otro relámpago

y otra vez la imagen de espasmos

amorosos y violentos,

y el crepitar de la lluvia

semeja el de tus músculos,

y el movimiento de todo tu ser se

funde en la tormenta

que espera el sol para calmarse.

Y cuándo él llegue, ya habrás huido

a la calma de tu sol

y yo

-rendido de cansancio y de penurias-

seguiré con mi alma

a la espera de que otro relámpago

la ilumine.







© Juan José Mestre

viernes, agosto 27, 2010

ANTINOCTURNO

Luz de fuego, sombra del infierno helado, espesura del llanto repetido una y mil veces, vuelo de los cuervos huérfanos de ramas, intacto tormento en cada pústula macerada en vinagre, mirada en blanco sobre la letanía insoportable de los grillos.




Te busco como quien ha perdido la ontológica parsimonia del camposanto, herido en la cruz más raída por la tierra cansada de tanto hueso, marcado por el estigma del amor que se corrompe aunque persista, sangre envilecida de la fuga, incuria atroz de la belleza envuelta en los pliegues del un basilisco, penumbrosa vela que se extingue lentamente.



Te busco sin hallarte. No puedo más que mirar al cielo, tratar de escribir en el agua, grabar mi voz donde no hay eco, besar la mustia caída de la tarde y, en vano, yacer con esa misteriosa entidad que llaman noche.









© Juan José Mestre